jueves, 5 de abril de 2012

No basta con ser músico.

Estoy admirado de la cantidad de personas y sobretodo músicos (aunque es difícil determinar por redes quien es y quien no lo es) que postean banners, e-flyers y todo material con respecto a la defensa del músico. Diariamente recibo muchos de estos mensajes y la verdad no me sorprende. Les explico mi apreciación del por que.

La mayoría de veces estos posts defienden al músico, mencionando muchas razones. Todas validas en la mayoría de casos. Es cierto que en el 90% de los casos somos tratados como una clase social de una dimensión no aprehensible, mas que por el oído, ya que cuando ejecutamos una melodía, recién nos toman atención. Sobre todo si somos cultores de lo popular o contemporáneo.

También sostienen estos eruditos y abogados de los músicos, que no tenemos derechos laborales y comerciales. También tiene toda la razón. Ya que cuando prestamos servicios, suceden muchas cosas inauditas, bien explicadas y descritas por los posts anteriormente aludidos.

Ahora cual es la realidad a la que me refiero, que es contundente por cierto. Son muy pocos músicos los que logran este trato profesional y humano al que el 90% menciona. Es decir son muy pocos lo músicos Profesionales que acceden a todos estos beneficios. Pero los hay amigos, los hay.

Todas las profesiones son importantes y necesarias. (Leamos un poco de la República de Platón). Lo que hace a un real músico, a un real ingeniero, a un real doctor o a cualquier otra profesión, es su calidad como ser humano. Un ser humano ante todo con vocación, valentía y conocimientos, que lo lleven a su mas ansiado sueño como individuo. Haciéndose responsable ante todo, del rol que cumple en la sociedad donde se maneja y que le ha tocado vivir, ósea una sociedad decadente.

Es común ver a instrumentistas talentosos drogándose detrás del escenario, profesores destacados del conservatorio y escuelas reconocidas criticando y menospreciando la labor de sus colegas, es visible como en los conciertos los estudiantes y discípulos de grandes maestros embriagándose. Es “real” ver como existe la falta de compañerismo ante nuestros hermanos músicos cuando se trata de asistir a un concierto, donde nos invitan cordialmente a participar aunque sea con nuestra presencia y no asistimos, prefiriendo mirar el techo y no hacer nada. Que decir de las pasiones, enamoramientos y el egocentrismo propio de muchos de nosotros.

No quiero desvirtuar a los músicos, al contrario, la idea es realzar y revalorar nuestra vocación.
Siendo capaces en todo ámbito sea moral, económico, cultural y espiritual lograremos elevarnos y por ende nuestra posición ante los demás, logrando que el valor de nuestra naturaleza artística no tenga un precio (todo lo que tiene valor no puede ser comprado con dinero) y demostrando a través de nuestras acciones en la vida cotidiana alcanzaremos ese rol que tanto solicitan algunos.

Si posteas algo, fíjate en ti mismo, si quieres corregir algo, corrígete a ti mismo, si vives solo pensando en que si lo exterior no cambian no cambiaras tu. Al final si sigues por el mismo camino de opinión y critica, no dará resultado y siempre caerás en lo mismo, echándole la culpa a los demás cuando la solución esta en nosotros. Es nuestra visión del mundo que determina nuestra realidad.
No sirve la erudición en la música, sirve la práctica estética de la música con una visión hacia lo trascendente con respeto y valores universales.